Mientras una cuadrilla de seis socorristas puede tardar ocho, diez o hasta más horas en hallar a una persona -viva o muerta- entre los escombros, un perro puede lograrlo en veinte minutos o menos, con lo que se ahorran tiempo, recursos y mucho dolor a las familias de las víctimas de las tragedias.
En el Valle de Aburrá hay decenas de héroes caninos que con su poderoso olfato y luego de un gran entrenamiento, conforman una fuerza especial que, a la par con los grupos humanos de socorristas y rescatistas, son de gran aporte en las emergencias y tragedias. Sin ellos, las labores de recuperación de cadáveres serían más dispendiosas, complejas, demoradas y hasta, en algunos casos, infructuosas.
Giovanny Gutiérrez, integrante del cuerpo de Bomberos de Medellín, aunque lamenta que en Colombia aún no se les dé a los perros el valor que merecen a nivel gubernamental, pues ni siquiera hay una legislación que por lo menos los certifique como aptos para el rescate, se esmera cada día por entrenarlos y mantenerlos activos, listos en la raya de partida, para ir a donde los necesiten.
Su ejemplar del momento es Kailer, un pitbull blanco al que cogió desde bebé y al que pese a los pronósticos de que no sería apto para tareas de rescate, él lo convirtió en uno de los máximos héroes caninos de Antioquia y del país.
– A Kailer lo vi nacer, crecer y lo preparé para esta labor, yo le ayudé a la mamá en el parto, fue el último que quedó de la cría y me quedé con él y lo convertí en el héroe que es hoy-, comenta Giovanny. Sabe de los estigmas que pesan sobre la raza pitbull, pero enamorado de su can, trae un argumento que derriba todo el mito alrededor de esta raza, calificada de potencialmente peligrosa:
-Hace 150 años, los pitbull eran considerados perros niñeras, los entrenaban y educaban para cuidar niños, pero la ignorancia de muchas personas lleva a estos pensamientos. Un perro es como lo eduquen-, argumenta.
En tragedias como la de La Gabriela, Alto Verde y Space, para mencionar solo algunas, Kailer ha escarbado en las ruinas para hallar cadáveres. Y así ha ayudado a aliviar y sobrellevar el dolor de muchas familias que perdieron a sus seres queridos bajo toneladas de escombros o de lodo.
– Ya tiene 9 años, todavía tiene mucha tarea por hacer y de su nobleza e inteligencia yo le puedo dar el mejor testimonio-, asegura.
Mientras jadea con su boca abierta al lado de Giovanny en espera de una orden, Kailer ignora que es uno de los pocos ejemplares certificados a nivel internacional por la AUI y la IRO para realizar labores de rescate en tragedias en cualquier parte del mundo. Y aunque lo ideal sería que no hubiera tragedias ni desastres y que mejor nunca le tocará, ahí está, con Giovanny, conformado un binomio de trabajo, amor y lealtad para ir allí donde la humanidad lo necesita para aliviar angustias y dolor.
TINA, DE JUBILACIÓN
Tras ayudar al rescate de más de 120 personas -unas vivas, otras muertas-, Tina puede irse a descansar tranquila.
-Ella se ganó la jubilación, se la voy a dar este año y creo que se merece un gran homenaje.
Así lo siente el teniente Carlos Gómez, integrante del Cuerpo de Bomberos de Sabaneta quien, con Giovany Gutiérrez, es uno de los pocos adiestradores que puede ser juez y certificador de perros de rescate en Colombia.
A sus pies, también jadeante, Tina luce elegante, con su melena de golden retriever bien peinada, seña de haber recibido un excelente trato de parte de su amo, que la tiene desde niña y la convirtió en una perra dotada de una gran inteligencia, tanta, que a los tres años le consiguió la certificación internacional para rescates.
Esta glamurosa ejemplar, que incluso estuvo en la tragedia de Haití, es el orgullo no solo de Carlos sino de Antioquia y el país. Y sin duda su tiempo de descanso, tras once años de vida y de servicio a los humanos, es merecido. Pasará a tener vida plena de mascota.
Ella sigue siendo fuerte y disfruta los entrenamientos, pero hay que darle descanso, ya no está para tantas horas de ejercicio, los entrenamientos son rigurosos y hechos con mucha realidad, entonces mejor dejarla ya tranquila.
Pero pese a la nostalgia que le da la salida de circulación de Tina, a la que se refiere como su “muchacha”, ya Carlos tiene un ejemplar que le sigue los pasos con lujo de detalles. Se trata de Keiko, un border collie de dos años con una inteligencia tal, que ya está certificado a nivel internacional para rescates.
Dice que es de las razas más inteligentes del mundo, entrenados para pastoreo, pero con grandes resultados en el área de los rescates de personas.
El entrenamiento canino puede hacerse hasta con criollos y todos dan buenos resultados, pero el border collie requiere menos tiempo, con cinco repeticiones aprende, cuando en otros se necesitan hasta 15-, explica.
Los ojos azules de Keiko lo miran y miran luego hacia el horizonte, como esperando una orden para salir a la búsqueda.
Más que en cualquier otra labor, los perros rescatistas son sin duda los más altruistas, pues si los antiexplosivos detectan dinamita y los antinarcóticos descubren droga camuflada, no se compara con la labor de ayudar a recuperar personas ocultas entre toneladas de lodo o escombros.
– Ellas ayudan a aliviar el dolor de las personas, así sea solo recuperando un cadáver, porque los entrenamos para sacar personas vivas, pero lastimosamente no siempre se puede-, advierte Giovanny.
Los antiexplosivos se echan en el punto donde lo descubren. Los antinarcóticos rasgan la maleta. Los de rescate ladran. Y es como si así celebraran con su grito, la alegría de hallar a la persona buscada y esperada con ansias.
INGRATITUD ESTATAL
¿Por qué si con estos animales las labores de búsqueda y rescate de personas en tragedias se facilitan, ahorrando tiempo, recursos y riesgos, no hay estímulos ni apoyo de los gobiernos a la tarea de entrenarlos y mantenerlos?
Carlos Gómez es tajante en su afirmación: El Estado no ayuda con nada.
Giovanny Gutiérrez rechaza que en Colombia aún no haya una legislación que certifique los perros de rescate. Esta la hacen la Iro -Organización Internacional de Perros de Rescate-, con sede en Austria, y la AUI – cción de Urgencia Internacional-, con sede en Francia, que recorren el mundo certificando caninos.
A Colombia vienen cada dos o tres años, lo que dificulta las certificaciones a tiempo.
– Estamos en la tarea de construir desde la legislación una política de apoyo a esta actividad-, subraya Giovanny.
Este rescatista aún tiene en la memoria a Maia, una pastor belga que cumplió una gran tarea en la ubicación de las víctimas de la tragedia del edificio Space, y que falleció en agosto del año pasado.
Maia, de repente, amaneció muerta en su casa, en la que compartía con Kailer, que era como su hermano. Fue una gran pérdida no solo para su amo y la familia, sino también para el grupo K-Sar, que en Antioquia trabaja con los caninos de rescate.
Como a los humanos buenos, ni K-Sar ni Giovanny la olvidan. Como no se olvidará a Tina cuando, jubilada, deje de exhibir su melena colgante en las tragedias sucedidas.
En honor a su inteligencia, su lealtad, su nobleza, habría que preguntarse, ¿por qué mueren tan pronto los perros, si tal vez no hay seres más nobles sobre el universo? Y esa respuesta es la que no aparece nunca….
Fuente: El Colombiano